Una organización que reconoce que pierde con el cambio impulsado para el reparto de alimentos a personas sin apenas recursos por el Gobierno es Prolibertas, que gestiona un comedor social y un programa de entrega directa de alimentos a personas que lo precisan. «Hemos perdidos miles de kilos de productos que nos entraban por donación y que ahora tenemos que comprar», explica Eduardo García, su director. La oenegé, por ejemplo, no compraba leche o aceite que le llegaban por esta vía. «Ahora los estamos comprando con el precio que tienen algunos de esos productos en estos momentos», asegura, afirmando que solamente en leche se recibían unos doce palés. Noticia Relacionada Prestaciones estandar No El Ingreso Mínimo Vital deja en la provincia de Córdoba un pago medio anual de 9.938 euros J. Pino El Gobierno gestiona unos 22.000 expedientes de una ayuda que arrancó con unos 4.000 beneficiarios por su gran complejidad administrativa En total, cuatro entregas cada año. Todos los comedores sociales de Andalucía forman parte de una red que se está moviendo con el objetivo de saber cómo quedan las ayudas que reciben para paliar el problema que se les ha generado en sus almacenes y sus cuentas corrientes. Eduardo García explica que una de las cosas que hay que saber es cómo se resitúa la Junta de Andalucía a la hora de reformular las ayudas de garantía alimentaria y que contribuyen a este tipo de acciones sociales.
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