Granada se dispone a revivir un año más una tradición milenaria. Y decir milenaria no es exagerar porque la Misa del Gallo se viene celebrando nada menos que desde el siglo V, cuando el Papa Sixto III extendió la costumbre de conmemorar con una vigilia –que arrancaba a las doce de la medianoche del 24 de diciembre- el nacimiento de Jesús. Se le llamó del Gallo porque esa vigilia se prolongaba durante varias horas, hasta el canto del gallo.
La tradición se ha mantenido hasta nuestros días y sigue reuniendo en los templos a muchos fieles. «Viene mucha gente», subraya una portavoz del Arzobispado de Granada, que volverá a abrir sus puertas este año para que oficie la misa su nuevo titular, José María Gil Tamayo, que en 2023 sustituyó a Francisco Javier Martínez.
Aunque el espíritu que reúne a los feligreses sigue siendo el mismo, algunas cosas han cambiado con el paso de los siglos. Por ejemplo, el horario. Si bien la mayoría de las iglesias sigue oficiando la misa a las doce de la noche, algunas la adelantan. Es lo que ocurre, dentro de la provincia de Granada, en pueblos que comparten párroco. Los curas no tienen el don de la ubicuidad, así que deben organizarse para darlas en varios sitios distintos y, lógicamente, en horas diferentes.
También la hace antes en Granada el Hogar Sacerdotal, el lugar donde residen los curas ya retirados. Allí la misa será a las 21,45 y también será oficiada por el arzobispo, que ese día está ciertamente ajetreado porque, al ser domingo, también preside la liturgia de las 12,30 del mediodía en la catedral.
En el resto de la provincia, la tónica viene a ser la misma: donde se puede, a las doce de la noche. Donde no, a la hora que fije el párroco. Y si una iglesia no está en disposición, pues allí no habrá misa del gallo.
Hay que hacer una salvedad: la provincia de Granada tiene dos obispos. Coexisten la Archidiócesis de Granada con la Diócesis de Guadix, que tiene su propia catedral y su propio obispo, Francisco Jesús Orozco. En ese templo catedralicio también habrá misa del gallo a las doce de la noche, según confirman desde el obispado accitano.