Para el deporte sevillano, el año que acaba ha estado cargado de contrastes . Fiel al espíritu de la propia ciudad, en realidad. Sus dos principales clubes, Sevilla y Betis, han combinado éxitos deportivos de mayor o menor calado con situaciones institucionales o económicas complejas, cuando no directamente pésimas. Con perspectiva, el nivel de los dos sobre los terrenos de juego viene siendo muy bueno desde hace ya varios años, pero entrando en el detalle concreto del año natural que termina, llama la atención el choque de dos dinámicas muy diferentes: la de la calmada continuidad bética frente a los tremendos vaivenes sevillistas. El ruido de sables en los despachos ha cambiado de barrio. El caso más paradigmático de esos… Ver Más
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