La música es un aspecto tan importante como cualquier otro dentro del patrimonio de una hermandad. Al igual que ocurre con los enseres, bordados, orfebrería y talla, si se cuida constituye un elemento artístico que engrandece los cultos y, por tanto, una hermosa forma de honrar a las imágenes titulares.
En algunos sitios la relevancia de esta disciplina está más interiorizada que en otros, donde se descuida bastante el apartado musical o directamente ni se piensa en el mismo. No es el caso de la hermandad de Jesús Nazareno de El Viso del Alcor, una de las corporaciones con más antigüedad y arraigo devocional de este municipio sevillano, donde cada detalle al respecto está escrupulosamente medido y cuidado desde hace unos años.
En este ejemplo, a la elección del repertorio que se interpretará cada mañana del Viernes Santo durante la estación de penitencia, el cual selecciona una comisión de la hermandad con mimo y buen gusto ―que comprende tanto marchas fúnebres y clásicas como las actuales más punteras― se añade la particularidad de que están conformando un patrimonio musical propio de enorme calidad con estrenos de los autores más destacados del panorama actual.
Para muestra de los pasos que se están dando basta con detenerse en el programa del concierto que el pasado sábado 28 de octubre ofreció en su sede canónica la banda de música Nuestra Señora de la Granada (Guillena), enmarcado dentro de los cultos a su titular mariana, la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.
En este, la hermandad se congratulaba del estreno no de una, sino de dos espléndidas marchas de Cristóbal López Gándara: ‘Saeta a Nuestro Padre Jesús Nazareno (saeta visueña)’ y ‘Estrella de la mañana’, cada una dedicada a uno de sus titulares. Esto se unía al estreno de la adaptación a marcha procesional a cargo de Antonio Moreno Pozo del himno de la hermandad, ‘Con túnica morada’. Pero la cosa no acaba ahí, puesto que este mismo año, en Cuaresma, se interpretó por vez primera otra soberbia obra de este autor cordobés dedicada a la Virgen: ‘Traspasada de Dolor’.
De promesa a proyecto de futuro
ABC de Sevilla ha hablado con el máximo responsable de la recopilación de exquisitas obras de nueva creación que está experimentando la cofradía del Señor de El Viso: José Ruiz Hoyos. Hermano de Jesús Nazareno, es estrecho colaborador de la junta de gobierno en todo lo que respecta al apartado musical, especialmente desde que regaló la composición ‘Al Señor de El Viso’, obra del compositor local Pablo Ojeda estrenada en enero de 2022, en vísperas de la salida extraordinaria de la talla de Andrés Cansino por la entrega de la llave de oro de la villa.
Lo curioso de este proyecto que en tan poco tiempo se ha vuelto tan abultado y con visos ―nunca mejor dicho― de crecimiento es que comenzó por una promesa: «Hice una promesa y por eso encargué la primera marcha. Pablo Ojeda es de El Viso y es amigo mío, por eso se la pedí a él. Pero después vi el potencial que tenía esto, y me di cuenta de que a las bandas y compositores no se les da el mismo valor que al orfebre o el bordador. Están más olvidados, no se valora su trabajo como realmente merece».
Cuando se dio cuenta de que continuar por esa senda podía engrandecer de forma considerable el patrimonio de la hermandad, así como a dotarla de una identidad musical propia y única, decidió seguir: «Es una apuesta de futuro, yo sé que ahora mismo no se va a valorar como se merece, pero en el futuro lo valorarán los que vengan detrás. Es otra forma de mejorar y engrandecer el patrimonio de la hermandad con algo que no es perecedero de ninguna manera. Voy buscando diversidad, pero siempre dentro de la calidad. No cualquier cosa, son marchas para una Virgen con San Juan que sale un Viernes Santo, no le pega cualquier tipo de marcha».
El palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso
José Ruiz señala que, aunque las composiciones las ofrece él personalmente, se ha sentido apoyado por la junta de gobierno en todo momento. «La hermandad se pone con la banda para organizar los estrenos, los conciertos… Ha acogido los regalos y la iniciativa perfectamente y con toda la ilusión. Yo no quiero ponerme medallas, es un proyecto de futuro para la hermandad y así lo han entendido ellos también. Creo que es algo que se debería hacer más en las hermandades, porque buscar tu propio repertorio es algo que queda para las generaciones venideras».
Un repertorio en expansión
Las composiciones no caen del cielo, claro está. Pero tirando de contactos y buenos consejeros es posible llegar lejos: «El primer contacto fue Pablo, evidentemente, porque es amigo mío. Pero ya los segundos fueron Antonio Moreno Pozo y Gándara, cuyos contactos me pasó Francisco Javier Gutiérrez Juan, el director de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla. Me aconsejó cómo tenía que encargar las marchas y me ayudó a buscar a los compositores. Para mí es un referente en cuanto al buen gusto». Tanto es así que la Municipal fue la banda que se ofreció para montar y estrenar la obra ‘Traspasada de Dolor’, de gran complejidad técnica.
Con tal ayuda, y pese a todas las marchas que se han estrenado en los últimos dos años, José Ruiz ya tiene en mente otros nombres que quiere incorporar en un futuro próximo al catálogo musical de la hermandad de Jesús Nazareno: «Ya tengo en proyecto buscar más autores. Me gustaría una marcha de David Hurtado, un poema sinfónico de Antonio Romero Pozo, trabajos de Manuel Marvizón y Espinosa de los Monteros, al que conocí también gracias a Gutiérrez Juan». Compositores todos ellos que se encuentran entre los más destacados de nuestro tiempo. Porque más que la cantidad, se busca la calidad y la diversidad. «Quiero una marcha más trabajada, que no sea una copia de otra ni vaya a lo fácil. Que sea compuesta para la hermandad y se haya inspirado en ella, no en coger rasgos de otras marchas».
Sin duda, la personalidad de esta cofradía de los Alcores se está viendo acentuada por una gran labor de búsqueda de la excelencia musical que, si bien empezó de forma casual, ya ve sus frutos, y en el futuro será un claro referente para muchas otras hermandades.