Casi nadie negará que un paisaje nevado tiene un punto de romanticismo . Seguramente no se lo parecerá a quien tenga que pasar una noche a la intemperie sin estar suficientemente abrigado, pero contemplar el panorama desde la comodidad de un restaurante íntimo o desde la confortable y caldeada habitación de un hotel suena bastante distinto… y mucho mejor. ¿Cuál es el hotel más romántico de Sierra Nevada, la estación invernal de Granada? Difícil cuestión, porque hay bastantes candidatos. Que en este artículo se mencionen sólo tres no quiere decir que lo demás no merezcan la pena. Como se suele decir, son todos los que están pero no están todos los que son . Los mencionados, no obstante, dan sobradamente la talla. Empieza el recorrido por El Lodge , en la calle Maribel, a dos pasos de las pistas y en un enclave idílico. Es un cinco estrellas donde predominan como materiales la piedra y la madera y que ofrece a los usuarios no uno ni dos sino cuatro restaurantes con ambientes diferenciados. También hay distintos tipos de habitaciones y suites, spa, gimnasio, una piscina exterior que está climatizada, por lo que puede utilizarse incluso en invierno, clases de esquí, actividades para los niños (que no todo va a ser una escapada romántica en parejas) y, en las cercanías, bastantes alternativas para el ocio nocturno . En cuanto al precio, hay tantas opciones que lo mejor es consultar en internet, bien a su página web o a las empresas especializadas en reservas. No es apto para todos los bolsillos , eso es algo indiscutible. Por ejemplo, una cabaña, que se reserva en su conjunto y dispone de tres dormitorios de gran lujo y otras muchas ventajas, se ofrece a cuatro mil euros la noche. Uno de los restaurantes de El Lodge abc También es una opción recomendable el Meliá , un clásico en Pradollano. También tiene el esquí casi en la puerta de la calle y varios establecimientos cercanos de lo que empieza a llamarse après-ski, locales de ocio con música -en directo o enlatada- para relajarse después de una jornada en las pistas. La oferta gastronómica en la zona es amplia y abarca todos los precios. En el Meliá está La Bodeguita , un restaurante-brasería con ambiente acogedor y comida contundente, que normalmente es lo que pide el cuerpo después de estar quemando calorías durante horas. Las habitaciones, de estilo alpino, garantizan intimidad, confort y unas vistas de ensueño. El Meliá ofrece un servicio exclusivo llamado The Level (el nivel, en español, lo cual ya sugiere algo muy tentador) y que, según el hotel, está «diseñado para los clientes que buscan lo mejor». El Día de los Enamorados puede ser perfectamente ese en el que se requiere precisamente eso. Los precios, como en el caso exterior, es mejor consultarlos online. El Hotel Meliá es un cuatro estrellas pero es temporada alta y en Sierra Nevada el espacio y el lujo se pagan, así que, como referencia, se puede decir que una habitación con todos los detalles incluidos se ofrece a 500 euros por noche. Un clásico más asequible El Apartahotel Trevenque es otro lugar imprescindible. En la Plaza de Andalucía, el cogollo de la estación, es un lugar encantador en invierno y también en verano. En su interior hay un salón con decoración y mobiliario clásicos y unos ventanales de varios metros de altura que permiten ver unos atardeceres mágicos. El cliente se siente allí parte del entorno, se mimetiza con él. Una partida de billar en una estancia contigua es otro aliciente. La peculiaridad del Trevenque es que la recepción está en la planta más alta. El hotel ba bajando conforme lo hace la ladera sobre la que se asienta. Hay varios tipos de habitaciones, algunas de ellas estudios equipados con cocina para quienes opten por una velada íntima sin necesidad de salir. No hay necesidad de llevarse la comida ya comprada de casa, porque en Pradollano hay supermercados. Es más económico que los dos mencionados. Aunque la oferta es variada, se puede encontrar una habitación desde los 150 euros por noche . Dispone además de un aparcamiento subterráneo -el oficial de la estación, por así decirlo- que deja al usuario casi en la puerta inferior del edificio, en la planta más baja.
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